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A 30 AÑOS DEL NACIMIENTO DE UN SUEÑO CONVERTIDO EN COMPROMISO Recuperamos un barrio, recuperemos la Ciudad 02/09/2019 - El Centro de Estudios Sociales y Actividades Vecinales Barrio Parque Avellaneda nació el 9 de septiembre de 1989, al calor del clima participativo que se había generado en la sociedad tras los primeros años de la vuelta a la democracia. Como la mayoría de los grandes hechos, sus inicios fueron modestos, nada más (y nada menos) que crear un espacio de convergencia donde los vecinos pudiesen pensar, discutir y acordar sobre el barrio que querían. Un vecino llamado Tito González Táboas fue el iniciador de este sueño que reposa en tres ejes: "Recuperación de la Memoria, reconstrucción del tejido social, y reconfiguración de la identidad". |
EMBLEMA DEL BARRIO
Nombre dado por Ordenanza N° 26.607, Boletín Municipal 14.288 del 04/05/1972. Límites: Av. Juan B. Alberdi, Escalada, Av. Castañares, Lacarra, Av Tte. Gral. Luis J. Dellepiane, Portela, Av. Directorio y Mariano Acosta. Población total: 54.191 Hombres: 25.484 Mujeres: 28.707 Superficie: 5,1 Km2 Densidad poblacional: 10.614 Hab/km2 (Censo del 1º de julio de 2001 ) |
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El Arq. Fabio Oliva, integrante de la Mesa de Trabajo y Consenso (MTC) de Parque Avellaneda, no acerca una reseña sobre los aspectos más importantes del camino de transformación del barrio iniciado por el CESAV, y que, sostenido hasta nuestros días, configuran una referencia de democracia participativa fundamental para la recuperación de la Ciudad de Buenos Aires. Hace 30 años, el inicio de un camino El 9 de septiembre de 1989, en los bordes de la Ciudad de Buenos Aires, en un barrio del sudoeste porteño que no existía, Roberto "Tito" González Táboas convocaba a un grupo de vecinos a fundar el CESAV. Así nacía el Centro de Estudios Sociales y Actividades Vecinales Barrio Parque Avellaneda. Un hecho que pasó desapercibido para la época. Hoy sabemos que fue un "acontecimiento" para la vida política y social de la Ciudad de Buenos Aires. Como en todo hecho trascendente hubo situaciones previas y personas comprometidas que se fueron enlazando y generaron las condiciones para que algo nuevo sucediera. Por un lado, la efervescencia participativa que suscitó la recuperación democrática a principios de los ´80 promovió un espacio multipartidario en nuestro barrio en el año 86. Esto generó, a su vez, la unión de jóvenes de diferente procedencia: la Parroquia Nuestra Señora de los Remedios, la Unidad Básica Unidos o Dominados y la Sociedad de Fomento Florentino Ameghino comenzaron a gestar una red que organizaba en la calle, cada año, la celebración del día del niño frente a la Plaza Olivera. Además, en el año 1987, se organizó la primera fogata del barrio que fue creciendo hasta el espectáculo "Luz de Fuego" que convoca a miles de vecinos de la ciudad cada año. Sus brasas, mantienen encendido el fuego y la pasión que permitieron que la experiencia participativa perdure y nos impulse a seguir hasta el día de hoy. Si a fines de los ´80 le preguntábamos de qué barrio eran a los vecinos que vivían frente al Parque Avellaneda íbamos a encontrar diferentes respuestas. Los del norte afirmaban que vivían en Floresta, los del sur en Lugano, los del este en Flores y los del oeste en Mataderos. Muy pocas personas nos iban a decir que vivían en el barrio Parque Avellaneda pese a que tenían frente a sus casas al segundo espacio verde de la ciudad que le da nombre al barrio. Esta situación fue entendida como una grave problemática por el variado grupo de vecinos fundadores del CESAV y se transformó en su primera bandera. Nadie quiere ni defiende un lugar que no conoce, que no siente propio, que no tiene una historia y una identidad común. Por eso desde sus inicios el trabajo del CESAV sostuvo 3 ejes: 1. Recuperar la Memoria: promoviendo la creación de la Junta de Estudios Históricos del barrio Parque Avellaneda y realizando los primeros trabajos de investigación y recopilación de datos que permitieron trazar la línea histórica de nuestro barrio y sus diferentes etapas, poniendo en valor el patrimonio y estableciendo relaciones con la historia de la ciudad de Buenos Aires. Reconociendo a los querandíes como primeros habitantes de estas tierras, a la solidaridad como un valor identitario que se iniciaba en 1750 con la Chacra de Nuestra Señora de los Remedios para las huérfanas de la peste que azotó a la Vieja Aldea, que continuaba con los 100 años de la familia Olivera hasta 1914 con la creación del Parque cuyo primer nombre fue Parque Olivera y en el mismo año se cambió por Parque Nicolás Avellaneda. Ese Parque desde sus inicios fue diseñado por Benito Carrasco como un lugar de encuentro, un escenario de manifestaciones culturales, de aprendizaje, respeto a la naturaleza y promoción de la salud. 2. Reconstruir el tejido social: el CESAV instaló el concepto de "nexualidad", se constituyó como institución nexo para establecer y fortalecer los vínculos entre las organizaciones y las personas del barrio Parque Avellaneda. La última dictadura militar había sembrado muerte y destrucción en toda la patria, y además nos había dejado como herencia una sociedad fragmentada, alimentada por el miedo y la represión que habían llevado a destruir los lazos solidarios. En nuestro barrio se manifestaba como una herida abierta que dejó el paso de la autopista de Cacciatore. Una barrera urbana que dejó una deuda ambiental que llega hasta nuestros días, destruyendo espacio público y dividiendo en dos a nuestro barrio. 3. Reconfigurar la Identidad: redescubriendo y revitalizando una historia común para reconocernos parte de un mismo territorio y construir un "nosotros", colocando en relación lo que nos distingue. Lo común y lo distinto configuran una identidad. El CESAV recuperó el barrio sobre la base de un sentido de pertenencia a un territorio, a una historia y al patrimonio que nos posicionaba como uno de los 47 barrios de la Ciudad de Buenos Aires. |
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Un Parque Público, nuestro, de todos El CESAV descubrió que el Parque Avellaneda era el núcleo identitario del barrio y un patrimonio natural, cultural e histórico de la región sudoeste de la ciudad que incluía a una parte del conurbano vecino que cada fin de semana se acerca a disfrutarlo. Este descubrimiento promovió una frase que nos guió en ese momento, "Si recuperamos el Parque, recuperamos el Barrio". A principio de los ´90 aconteció un hecho fundamental para el cumplimiento de los objetivos del CESAV, la sinergia que desencadenó la vinculación con la RED GAO, Gestión Asociada del Oeste, una red que era parte de un Programa del Gobierno de la Ciudad de Bs As que buscaba implementar la metodología PPGA Planificación Participativa y Gestión Asociada en el oeste porteño. En el año 1994 el CESAV, junto a la red de organizaciones barriales, la red GAO y Flacso realizó las primeras jornadas para la elaboración del “Plan de Manejo del Parque Avellaneda¨ (PMPA), en un ciclo de 3 jornadas participativas con una amplia convocatoria de actores. El Modelo Integrado de Procesamiento Problemático MIPP del PMPA definió 5 dimensiones de abordaje para la recuperación integral del Parque: Estrategia Cultural, Estrategia Medioambiental, Estrategia de Redes, Estrategia Regional Urbana y Estrategia de Gestión Asociada. En base a cada una se conformó un grupo de trabajo, mixto socio-gubernamental, para encarar las acciones definidas por el Plan de Manejo. El gobierno respetando una de las acciones propuestas en el Plan designó a un funcionario en el rol de Administrador del Parque Avellaneda. Esta figura no existía en el escalafón municipal y resultó fundamental para ejercer la representación efectiva del gobierno en el espacio público. A partir de 1997 se crea en forma original la MTC "Mesa de Trabajo y Consenso", ámbito abierto y público para la toma de decisiones por consenso. La MTC es la continuidad del CESAV manteniendo sus objetivos en un ámbito de gestión asociada, abierto y público. La misma viene funcionando en forma ininterrumpida con plenarios mensuales abiertos y públicos que permitieron consolidar una práctica novedosa para la planificación-gestión que lleva más de 250 Plenarios en sus más 20 años, siempre sosteniendo un sistema de registro público (confección de actas) que da cuenta de la historia de la experiencia. En el año 2000 se inauguró La Casona de los Olivera, importante edificio de 1850 de altísimo valor patrimonial como "Centro de Arte Contemporáneo y Sede de la Gestión Asociada". En este período se materializaron importantes logros en la recuperación del espacio público instalando el sistema de gestión y cumpliendo con los objetivos más importantes de la primera versión del Plan de Manejo, recuperación de superficie verde, creación del Complejo Cultural Chacra de los Remedios, realización de las Jornadas Medioambientales. Este contexto generó las condiciones para convocar a un nuevo ciclo de Jornadas para la Revisión del Plan de Manejo que fue fundamental para redefinir las estrategias incorporando a nuevos actores que se sumaron y se apropiaron del proceso. En esta nueva instancia se logró institucionalizar la experiencia con la sanción de la Ley 1153 (2003) de Parque Avellaneda, la primera de planificación participativa y gestión asociada. Esta ley distingue especialmente a la experiencia al reconocer una práctica sostenida y sentar jurisprudencia sobre nuevos conceptos. En sus primeros artículos se reconoce al Parque Avellaneda como "Unidad Ambiental y de Gestión" que incluye al Patrimonio en forma integral y al sistema de gestión participativa, se reconoce al Plan de Manejo como el elemento ordenador de las acciones y mantiene a la Mesa de Trabajo y Consenso como al ámbito abierto y público donde confluyen todos los actores interesados para tomar las decisiones por consenso. También, se creó el grupo de trabajo de educación que inició el proyecto "Aulas a cielo abierto", el GEMA, Grupo de Medio Ambiente impulsó el Centro de Capacitación Ambiental y la Huerta Orgánica, la Estrategia Cultural creó un espacio de formación en teatro callejero y se multiplicó en diferentes disciplinas con una variada oferta que congrega a cientos de vecinos cada fin de semana, se conformó el Grupo Promotor de la Escuela Media que recuperó al Antiguo Natatorio e impulsó la creación de la Escuela Ernesto "Che" Guevara, nuevos vecinos inmigrantes de los pueblos andinos originarios instalaron la "Wak´a" como un lugar significativo y de encuentro que celebra cada año el Inti Raymi y la Pachamama entre otras celebraciones y se desplegó la estrategia Regional Urbana, extendiendo la mirada y logrando sancionar en el año 2008 la Ley 3042 de APH que reconoce el Patrimonio del Parque Avellaneda y su entorno y desde el 2013 después de la terrible inundación que tuvo Bs As promoviendo la creación de la RICC Red Intercomunal de la Cuenca Cildáñez para construir una política pública participativa que permita dar una respuesta efectiva a la problemática. Los últimos 3 periodos de gobiernos en la ciudad estuvieron marcadas por la falta de voluntad asociativa y el desprecio por la participación comunitaria. Se fomentan políticas superficiales definidas en base al marketing que destruyen los lazos sociales promoviendo el individualismo. Durante este período, en el año 2010, una legisladora oficialista Raquel Herrero, intentó eliminar en la letra de la ley 1153 a la planificación participativa y la gestión asociada y el parque sufrió 2 incendios fruto de la desidia gubernamental, uno destruyó el Centro Cultural para chicos Tierra Verde y el otro mantuvo cerrada la Casona durante 4 años e intento privatizarla en su reapertura. Estos intentos de eliminar la experiencia se pudieron frenar generando una acción importante de la red pero se abrió una etapa de mucha tensión y de resistencia frente al incumplimiento sistemático de las leyes. En los últimos años al Programa BA Elige disfraza de participativo un sistema individualista y sin planificación para la realización de obras que ocultan negociados. La MTC resistió a estos avances denunciando y anunciando, promoviendo la creación de nuevos grupos que fueron sumando jóvenes vecinos al proyecto. El Grupo de Deportes, el Grupo del Trencito, la reapertura de la Sala de Cine y la Biblioteca son ejemplos claros de una experiencia que mantiene la iniciativa y sigue creciendo. Recuperamos un barrio, recuperemos la ciudad Puede concluirse, a partir del recorrido que hemos hecho que si el CESAV no hubiera existido nuestro territorio sería distinto. Como marco de referencia tenemos ejemplos de lo que sucede en el resto de la ciudad: enrejados y negocios, privatizaciones del espacio público y avances desmesurados sobre la trama urbana impulsados por la especulación inmobiliaria, perdida de la memoria y la identidad de los barrios. El CESAV inició las transformaciones en un espacio público que se encontraba abandonado y fragmentado. Lo recuperó instalando un sistema de cogestión que permite ubicarlo como el principal referente de planificación participativa y gestión asociada. Los múltiples entramados que configuran los proyectos culturales, educativos, sociales y urbanos colocan a la experiencia como un modelo de desarrollo alternativo a otros modelos que generalmente son impulsados por mega-emprendimientos que irrumpen y modifican el territorio sin tener en cuenta a sus habitantes y en la mayoría de los casos expulsándolos. Las leyes creadas en Parque Avellaneda con su sistema de gestión asociada son un logro fundamental en términos de la institucionalización de una experiencia que da cuenta de la legitimidad construida y del reconocimiento de las prácticas instaladas y sostenidas. En el contexto actual: ¿Qué aportes concretos propone el CESAV para recuperar la ciudad de Buenos Aires? Recuperar la memoria: ¿Qué registro se tiene sobre los querandíes, los pueblos originarios que habitaron estas tierras?. ¿Cuál es el hecho fundante de la historia de la Ciudad?. El 12 de agosto de 1806 se encuentra reconocido en la historia como el día de la Reconquista pero no se la ha asignado la verdadera dimensión que tiene para la Ciudad de Buenos Aires. Reconstruir el tejido social: ¿Cómo podemos poner en funcionamiento a las Comunas como un espacio real de democracia participativa?. Frente a los modelos de ciudad que promueven el individualismo y la falta de compromiso de la sociedad se comprueba que recuperando la memoria, fortaleciendo la identidad y aplicando metodologías adecuadas se consigue el involucramiento responsable de los diferentes actores generando diferentes asociaciones que configuran nuevos entramados sociales. Se confirma que el sostenimiento de experiencias en red articulando actores socio gubernamentales que incorporan el saber popular como uno de sus componentes fundamentales, son capaces de construir políticas públicas que mejoran la calidad de vida de los habitantes de un territorio. A su vez, se reconstruye el tejido social generando articulaciones que diseminan las prácticas y transforman a las experiencias en "proyectos-escuela". Reconfigurar la identidad: Entender la ciudad como el territorio de los ciudadanos implica asumir la construcción política de una esfera pública, donde los individuos se encuentran igualados en la condición de ciudadanos. El concepto de “territorio” se redimensiona al poner en relación a sus diferentes escalas y el entramado social que lo compone. De esa forma descubrimos que en un determinado "territorio" se superponen diferentes "territorios" que es necesario redescubrir para poder reconfigurar las identidades. "Lo público" adopta una dimensión clave, se transforma en "nuestro, de todos" ingresando al terreno de la política desde la promoción de la corresponsabilidad de todos los ciudadanos. Arq. Fabio Oliva Fuente: Prensa MTC Parque Avellaneda |
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