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LA HISTORIA SE HACE PRESENTE

“De Chacras, Tambo y Glorietas”

22/09/2016 - En la tarde del próximo sábado el Grupo de Teatro Callejero La Runfla, presentará el espectáculo "De Chacras, Tambo y Glorietas", creado a partir de amalgamar una recopilación histórica con el anecdotario popular y los mitos que en general circulan entre aquellos que han disfrutado alguna vez del Parque Avellaneda. La cita es a las 15, siendo el punto de encuentro la esauina de Av. Lacarra y Av. Directorio. El espectáculo (con guión de Héctor Alvarellos y Julio Diaco) va desarrollándose en distintos sectores del parque, el cual nació en el año 1914 cuando la ciudad le compró los terrenos a la familia de los Olivera.

EMBLEMA DEL BARRIO
PARQUE AVELLANEDA

Nombre dado por Ordenanza N° 26.607, Boletín Municipal 14.288 del 04/05/1972.

Límites: Av. Juan B. Alberdi, Escalada, Av. Castañares, Lacarra, Av Tte. Gral. Luis J. Dellepiane, Portela, Av. Directorio y Mariano Acosta.

Población total: 54.191

Hombres: 25.484

Mujeres: 28.707

Superficie: 5,1 Km2

Densidad poblacional: 10.614 Hab/km2

(Censo del 1º de julio de 2001 )

En cada sitio, son los fantasmas quienes narran acontecimientos del pasado. Así el espectáculo recorre la Antigua Casona de los Olivera donde diferentes personajes introducen al público en el contexto histórico, social y político del siglo XIX. Allí se dan cita, un sacerdote, un peón de estancia, Domingo Olivera, Avellaneda, Rosas...

El espectáculo transcurre en la época del parque público. Visitando el Antiguo Patio de Juegos los espectadores comparten situaciones lúdicas con los duendes.

Después visitan el Primer Natatorio de la ciudad (1925), allí espera el Spiker del día inaugural y algunos bañistas, que dan testimonio de una época para muchos desconocida.

El itinerario finaliza en el Antiguo Tambo con la presentación del proceso de deterioro y posterior recuperación del Parque por iniciativa vecinal.

Estrenada el 3 de septiembre del año 2000, la obra cuenta con un elenco dirigido por Héctor Alvarellos, en la Construcción Dramatúrgica: Héctor Alvarellos y Julio Diaco, Vestuario: Estela Rocha, Recopilación Histórica: Julio Diaco. El elenco propiamente dicho está conformado por: Gabriela Alonso, Marcela Ditomaso, Daniela Rapetti, Javier Giménez, Facundo Lafuente y Juan Salamone.

Sobre “De Chacra, Tambo y Glorietas”

El Grupo de Teatro Callejero La Runfla concluyó con el desafío de contar la historia del parque, en el que realiza la mayoría de sus producciones.

Si, vuelven los Duende del Parque !!!. Los Duendes del Parque Avellaneda llegan una vez más para contar su versión de la historia. De esta manera invitan al público a recorrer diversos rincones significativos del Parque en el tiempo y el espacio. Así, en un apasionante y divertido recorrido que se inicia en el año 1756, el público podrá conocer los orígenes como Chacra, el Primer Natatorio Municipal, y todos los misterios de La Casona de los Olivera y el Antiguo Tambo. Entre fantasmas, peones de Campo, Señores de estancia, los Duendes darán a conocer el Parque Avellaneda y su historia.

El recorrido se inicia en lo que fuera la antigua entrada del parque (un enorme portón de madera donde se leía con letras gigantes Parque Avellaneda, Lacarra y Directorio) donde seis duendes músicos, cada uno de ellos llegado en distintas épocas, se encargarán de conducir al público a través de una historia que comienza en 1756...

En este recorrido los duendes dejan al público en presencia de los fantasmas y sus historias. Luego de la segunda escena el público decide con qué fantasma continuar el recorrido. Así cada uno de ellos continúa contando historias verdaderas, anécdotas aportadas por viejos vecinos y mitos populares. Estos grupos vuelven a reunirse en la entrada de la imponente Casona de los Olivera. Aquí los fantasmas (un sacerdote, un peón de la estancia, y una dama de caridad) se retiran diciendo: “ Nosotros los verdaderos fantasmas, somos los que mantenemos viva la memoria, por eso algunas personas se asustan de nosotros”.

El público ingresa al predio de la Casona y, ante la sorpresa, recibe con una explosión de aplausos a Domingo Olivera (un marioneta de tres metros de alto), el dueño de la Casona (hasta que en 1912 se la vende a la Municipalidad). También hacen su aparición la figura de Avellaneda y Rosas, que introducen al público en el contexto histórico y muestran las relaciones políticas de la época.

Esto culmina cuando Olivera invita a Rosas y Avellaneda a ingresar a la Casona para conocerla. Aquí el público se encuentra con nuevos fantasmas: Eduardo y Carlos Olivera, como así también con sirvientes y una institutriz (Miss Morris). Dentro de la Casona se acentúa el juego de los fantasmas, enriquecido por el edificio (año 1870) efectos de luces y sonido. Nuevamente los duendes sorprenden al público y lo conducen a través de juegos y música al antiguo patio de juego inaugurado en 1927. Allí en un ambiente lúdico el público participa en algunos juegos propuestos por los duendes, mientras se les muestran canchas de bolitas y rayuelas que todavía hoy pueden utilizarse. Se produce un nuevo traslado a lo que fue el primer natatorio público de la ciudad inaugurado en 1925.

En una minuciosa reconstrucción de época el público se encuentra con el Spiker del día inaugural y algunos bañistas que pueblan de vida este natatorio, dando testimonio de una época para muchos desconocida. Y la historia casi llegando a su fin se dirige al antiguo tambo guiados por el toro Pancho, un toro tamaño natural que con ayuda de los duendes estimulan al público, que cantando se dirige al espacio que fue pionero en tecnología y desde el cual se proveía de leche a los animales del jardín zoológico.

Y llegamos al último tramo de la historia donde se narra el proceso de deterioro y la posterior recuperación a partir de la iniciativa de los vecinos, quienes en 1990 comenzaron a reunirse y formularon un plan integral de manejo y recuperación del parque, y en un marco de gestión asociada con el Gobierno de la Ciudad, hoy Parque Avellaneda, el segundo espacio verde de la Capital Federal recuperó el esplendor que supo tener allá por 1912.

Ese espectáculo tuvo el auspicio de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y declarada de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Carlos Davis

Fuente: La Runfla - Prensa Espacio Cultural Chacra de los Remedios -

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