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REFLEXIONES SOBRE EL CENTENARIO DEL PARQUE AVELLANEDA 100 faroles, faros y velitas 18/12/2014 - Patricia Guijarrubia, vecina participativa de Parque Avellaneda, docente del proyecto "Aulas a Cielo Abierto", hace a través de este escrito un raconto, un cierre, un balance no exento de recuerdos y reflexiones, sobre lo que significó para todos los vecinos de esta zona del oeste porteño el cumpleaños número 100 de nuestro querido Parque Avellaneda. Espacio verde que no sólo es valioso por sus cualidades paisajísticas sino también por lo que significa como espacio de participación, de integración, de corresponsabilidad, como forma de pararnos frente a las dificultades, como manera de ser, de estar, de proceder, de habitar y de compartir... |
EMBLEMA DEL BARRIO
Nombre dado por Ordenanza N° 26.607, Boletín Municipal 14.288 del 04/05/1972. Límites: Av. Juan B. Alberdi, Escalada, Av. Castañares, Lacarra, Av Tte. Gral. Luis J. Dellepiane, Portela, Av. Directorio y Mariano Acosta. Población total: 54.191 Hombres: 25.484 Mujeres: 28.707 Superficie: 5,1 Km2 Densidad poblacional: 10.614 Hab/km2 (Censo del 1º de julio de 2001 ) |
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Patricia comienza su nota diciendo: "Cien velitas, en cien faroles, acompañaron a los chicos y chicas que cantaron el feliz cumpleaños, el número 100, al Parque Avellaneda de la ciudad de Buenos Aires. Faroles con velas y sal. Faroles que alumbran rayuelas y escondidas. Juegos. Decir juegos es decir infancias. Las de ayer y las de hoy! Cuántos hemos transitado nuestra infancia bajo la sombra de estos centenarios árboles, sorprendidos por la imponencia de los inmensos edificios.? Cuántos bajamos del enorme tobogán, nos hamacamos con sueños de esperanza queriendo llegar a la última hoja del árbol, aquella más cerquita del cielo?. Cuántos de nosotros armamos esculturas de arena, hicimos equilibrio en las raíces expuestas o en los respaldos curvos de los bancos o en las rayuelas del Antiguo Patios de Juegos?. Cuántos dimos cien veces cien vueltas a la calesita del Parque, aprendiendo a despedirnos por instantes de nuestros papás y nuestras mamás, celebrando ese eterno y circular instante de volver a encontrarnos con ellos?. Cuántos vimos crecer nuestros hijos? Y ahora vemos a los más pequeños de las familias trepar, cantar, aplaudir y bailar?. Cuántos poníamos piedritas en las vías del trencito?. Cuántos jugamos “fulbitos” o desentonábamos en las guitarreadas?. Cuántos leímos a Cortázar recostados sobre el tronco del jacarandá?. Cuántos?. Muchos y muchas como los que hoy trabajamos recuperando este parque, para que continúe siendo territorio de las infancias y de todos. Lugar de aprendizajes y asombros, de historia, de arte, de naturaleza urbana, de huerta, de culturas, de participación y de consensos. |
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Cien faroles que alumbran ante la oscuridad del consumismo al que muchos quieren llevar a las infancias y a todos. Faroles que pueden despertar de la anestesia individualista y el vacío existencial. Faroles que nos recuerdan las acciones concretas en la Colonia de Vacaciones para niños débiles (1927) alumbrando la oscuridad de la tuberculosis (llamada en aquellos años, peste blanca). Faroles para desplegar la ley co-gestiva del Parque. Cien faros que nos marcan el rumbo del “nosotros”: plural, comprometido, diverso y generoso, un "nosotros" dador de tiempo colectivo para transformar esta porción de patria que habitamos. Qué cada día puedan disfrutar el Parque más escuelas, se puedan multiplicar más aulas a cielo abierto, más talleres, más tardecitas artísticas y creativas, más espacios lúdicos, más obras de títeres, de teatro, más cantos, más zancos, más danzas, más rondas y orquestas infantiles... |
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Qué cuando soplen 200 velitas, (dicen que el tema de las velitas en los nacimientos se originó en la Antigua Grecia, pasteles redondos de miel, con cirios encendidos, se ofrecían a la diosa protectora de los partos; dicen, también que la famosa canción que acompaña dicho ritual, fue escrita por dos maestras jardineras hacia fines del siglo XIX) puedan recordarnos a los de hoy, a los de ayer y a los de siempre, como hombres y mujeres nuevas, vecinos ciudadanos y trabajadores: “Aquellos seres matinales y participativos, que viven en función del prójimo. Su mera presencia es capaz de entusiasmar a otros, de motivar en ellos una esperanza creadora, frente a las inercias y las resistencias propias y ajenas , para hacer un mundo diferente, más habitable para todos y todas. El hombre y la mujer nuevos, renacidos, saben que lo que se opone al amor no es el odio, sino la indiferencia y la insensibilidad, y que ambas son reaccionarias, porque solo el amor es revolucionario”. (Palabras que cruzaron el río …regaladas ante el Centenario por nuestros hermanos uruguayos del Parque Punta Yeguas, también co-gestionado). Foto del Farol: Diana Macaya (vecina del barrio) |
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